Meditación vipassana - 11. El dolor postural.
Ingenuamente, yo creía que la meditación
[1]
era un ejercicio mental que requería concentración y que para hacerlo bien
convenía evitar cualquier molestia física o cualquier distracción: ambiente
silencioso, ropa confortable, posición cómoda…
Resulta que no es así, al menos en lo relativo a la
comodidad corporal. Para los maestros de Vipassana, cierta presencia postural
es más importante que el dolor. Las personas que vivimos en la cultura
occidental no tenemos costumbre de estar sentados en el suelo, y menos aún en
la posición de loto o similar. Por ello, puede resultar doloroso tener que mantener posturas de ese tipo en sesiones de una o dos horas, y acumulando 11
horas diarias.
En la sala de meditación pude ver cómo muchos alumnos
comenzamos a removernos y a cambiar ligeramente la postura para evitar la
incomodidad; esos movimientos comienzan apenas han pasado diez o quince minutos
tras iniciar la meditación, y se siguen repitiendo hasta que finaliza la
sesión. Después de las primeras meditaciones, este problema quedaba grabado en la
mente de los alumnos; luego, al volver a entrar en la sala para otra sesión,
muchos cogíamos un segundo cojín para tratar de levantar más el culo y así
intentar paliar parte de la incomodidad. Incluso pude ver cómo algunos
compañeros trataban de sentarse en una torre de tres o cuatro cojines, cosa que
no funcionaba bien porque la pila resultaba demasiado inestable. El dolor
seguía siendo un problema para muchos alumnos.
Cuando ya casi estaba acabando el primer día de curso llega
la lección-audio de la tarde. La grabación nos viene a decir (entre otras
muchas cosas) que el dolor postural es algo normal y que debe ser asumido con
naturalidad. La explicación añade una metáfora muy reveladora: si tienes una
infección interna, el médico utilizará el bisturí para abrir la piel, tras lo
cual comienza a salir el pus, y luego se procede a la limpieza y curación. En
la meditación, el dolor postural es el equivalente al pus de la infección, es
la consecuencia de la contaminación y los malos hábitos precedentes; la
aparición de ese dolor es parte del proceso “curativo” que la meditación nos
hace para llevarnos a la purificación. No recuerdo las expresiones exactas,
pero la idea era más o menos esa.
Veamos lo que nos cuentan algunos alumnos que han hecho el curso:
Veamos lo que nos cuentan algunos alumnos que han hecho el curso:
Para la mayoría de las personas nos resulta un curso duro, tanto para
nuestro cuerpo que debe mantener muchas horas la postura sentada sobre un cojín
de meditación, como sobre todo para la mente que no puede escaparse. La técnica
funciona, aunque desde mi criterio actual existen otras formas de meditar y
hacer un retiro de meditación más suave y respetuosa con el cuerpo y con la
realidad de un ser humano del siglo XXI. […] Meditar tantas horas es duro para el cuerpo. No niego que pueda ser
efectivo para desarrollar la voluntad y la atención, pero yo ahora prefiero
meditar desde la suavidad y desde el cuidado corporal
[2]
.
A partir del sexto día se introducen tres sesiones de meditación en la
que no puedes moverte ni abrir los ojos durante una hora. Se llaman de firme
determinación (adhitthana). Las primeras veces fueron una locura, la primera
media hora es llevadera, otros 10-15 min. se van aguantando, pero el
sufrimiento de los últimos 15… ni recordarlo quiero
[3]
.
Tres veces al día durante 1 hora entera había que permanecer quieto,
sentado en la misma postura (lo que ellos llaman «aditthana» o firme
determinación), meditando y con los ojos cerrados. A los 20 minutos de estar
así, te aseguro que empieza a doler todo (la espalda, las rodillas, picores…) y
continúa hasta el min. 60. Yo temía, literalmente, estos momentos del día. En
realidad lo hacen a propósito: quieren que sientas dolor para que aprendas a
controlarlo (mejor dicho a observarlo objetivamente, sin reaccionar, a separar
el dolor físico del mental)
[4]
.
Este último argumento es muy interesante y creo que merece
la pena explorar un poco en esa dirección. ¿Podría ser ventajoso hacer las
sesiones de meditación con música heavy metal a todo volumen, para aprender a
independizar nuestra calma mental del ambiente exterior? ¿Sería buena idea
meditar en una habitación a cero grados centígrados y llevando poca ropa, para
aprender a distanciarnos de la sensación de frío? ¿Podría ser bueno meditar con
un cilicio de auto-tortura que nos ocasione dolor corporal añadido, para que
aprendamos a distanciarnos de ese dolor más intenso? Las tres respuestas son
no, no y no.
Como ya he dicho, la escuela Goenka está muy apegada a la
tradición. Y la tradición vipassana no incluye música heavy metal, ni
temperaturas frías o cilicios de tortura; sí incluye meditar inmóvil sentado en
el suelo. Esa simple postura -sentado en el suelo- nos asemeja a la imagen de
Buda meditando y eso es lo que quieren quienes dirigen estos cursos.
Hay algunos alumnos que tienen buena flexibilidad y buena
forma física, lo cual les permite estar un par de horas sentados en el suelo
sin sentir dolor o teniendo mucho menos dolor que el resto. Quizá se podría
pensar que estos alumnos tienen un aprendizaje deficiente porque la falta de
dolor no les ha permitido aprender en esa dirección. ¿Qué hace la organización
del curso para “ayudar” a estos alumnos y complementar su formación deficiente?
Nada. Esos alumnos quedan relegados a un aprendizaje descafeinado, solo porque
están en mejor forma física. Ni siquiera les ofrecen un cactus para sentarse
encima.
Por todo lo dicho, no me creo eso de que el dolor sea terapéutico o conveniente para la meditación. Creo que el dolor solo es un efecto lateral
(no deseado) que sufren la mayoría de alumnos. Se nos cuentan las monsergas de
que el dolor es algo que debemos aceptar con naturalidad e incluso que nos
ayudará en la meditación, pero solo se nos dice para que dejemos de quejarnos y
pensemos que el sufrimiento postural tiene algún sentido. El objetivo de estas
argumentaciones es que sigamos en el suelo, sin pedir una silla y sin huir de
allí precipitadamente.
Lo que complace a un maestro de vipassana es ver a docenas
de alumnos imitando la posición de Buda. Para estos maestros, vernos meditar ensillas sería muy triste, una falta de respeto a la tradición, y eso solo se puede tolerar a quien tenga lesiones. Si las monsergas
consiguen que sigamos sentados en el suelo y terminemos el curso, el objetivo está
cumplido: aceptamos pulpo como animal de compañía.
En las páginas web de la Fundación Vipassana encontramos
mucha información sobre el curso, sobre el código de disciplina, sobre la
meditación… pero han omitido cualquier explicación o referencia al dolor
postural, que es una de las cosas que suelen destacar los blogueros que han
hecho el curso y escriben su opinión. Este dolor también es una de las quejas
habituales de los alumnos,
según me dijo mi maestro. Siendo
el dolor algo tan relevante para los alumnos, que las páginas de la Fundación
omitan cualquier referencia al dolor me parece muy poco ético.
Pero hay algo peor: yo estaba muy incómodo y dolorido por tener que meditar sentado en el suelo.
Pedí una silla y no me la dieron
a pesar de que la página de Preguntas y Respuestas sobre la Técnica de Meditación Vipassana
[5] anuncia que sí se proporcionan sillas a quien esté incómodo en el suelo:
¿Por qué omiten información relevante respecto al dolor e incluso mienten prometiendo sillas a quien esté incómodo?
Supongo que sea porque saber que sufrirás dolor podría ahuyentar a muchas de las personas interesadas en los cursos. Pero luego, una vez que esas
personas están en el curso y descubren el problema del dolor, deciden seguir
adelante sin renunciar porque han reservado unas vacaciones para este curso,
porque ya han hecho el viaje… y no quieren tirar todo eso por la borda.
Además, en el curso, la presión del grupo es muy eficiente
en la gestión del dolor. Estás con otros muchos alumnos, y supones que ellos
que ellos también están sufriendo, pero no se quejan (entre otras cosas porque
tienen prohibido hablar); deduces que se sobreponen al dolor y lo llevan bien. En
este contexto, tú no quieres quedar como el primer cobarde o el más debilucho del curso.
En 1962, el psicólogo social Solomon Asch publicó varios experimentos interesantes
[6]
. El resumen es que cada individuo suele adaptarse a lo que hacen otras personas de su entorno, incluso aunque no les conozca ni hable con ellos, incluso aunque ese comportamiento vaya contra sus propios criterios. Se llama conformidad social y puedes ver un ejemplo bastante gracioso en este viejo vídeo de 2 minutos (aunque no entiendas el inglés, el vídeo sí lo entenderás).
Por esta conformidad social, durante el curso los alumnos aguantan niveles de dolor que en otras condiciones no tolerarían. Y también explica por qué en su casa casi nadie sigue meditando tras el curso: sin la presión del grupo, el dolor postural no nos sigue pareciendo algo aceptable.
Cuando algún alumno abandona y se marcha a mitad de curso, la organización hace todo lo posible para evitar que eso pueda ser visto por el resto. Evidentemente notarán la ausencia los compañeros de habitación que verán una cama vacía y también los que siguen meditando junto a una colchoneta vacía; eso es inevitable. Pero sería mucho más grave que esos alumnos u otros le vieran realmente marcharse con su maleta, pues esa imagen comenzaría a romper la conformidad social. Por eso hacen todo lo posible para que esa escena quede oculta y no influya a otros alumnos que están sufriendo dolor o se sienten desanimados por otros motivos.
Fuera de la corriente Goenka, casi todos los maestros
resaltan que durante cualquier sesión de meditación es importante estar en una
postura cómoda y sin dolor alguno. Por ejemplo, así lo explica Jivan Vinod:
No puedes llevar tu atención a lo más profundo de tu ser si tu
atención sigue en tus rodillas o en que te duele la espalda […] Puedes sentarte en una silla, en un
banquito o en el piso. […]
La postura de meditación tiene que ser tan cómoda que puedas entrar en
ella y con un par de respiraciones estar tan a gusto que no tengas la menor
necesidad de moverte durante siete, veinte o cincuenta minutos, el tiempo que
tú decidas meditar
[7]
.
¿Qué estás incómodo en el suelo? Pues siéntate en una silla
[8]
,
y hazlo de la forma correcta
[9]
.
O bien vete a un curso de Vipassana, donde puedes utilizar el dolor como parte
del aprendizaje y de la “experiencia”. Incluso podrás disfrutar del dolor, como
hace este antiguo alumno que repite el curso por segunda vez y lo comenta así:
Desde el primer día he hecho “firme determinación”, es decir, he
meditado durante 3 horas al día sin mover ni un dedo del cuerpo, llevando al
cuerpo a dolores de todo tipo por piernas y espalda. He sentido placer con ese
dolor. Placer de sentirme observador, ecuánime
[10]
.
Señoría, no hay más preguntas.
Fin de este capítulo 11. El dolor postural, publicado el 25-01-2020.
Secuencialmente, puedes continuar por 12. Honestidad y ciencia.
O bien saltar a otra página:
Notas:
[1]
Todo lo que explico se refiere a la Fundación Privada Vipassana España, a su técnica de meditación
y a los curos realizados por esa organización; nada se refiere a otras técnicas
de meditación que también puedan utilizar el nombre genérico de “meditación
vipassana”.
[2]
Ignacio Gallego: “Más allá de un Retiro
Vipassana de 10 días: mi experiencia y algunas alternativas” https://interserediciones.com/retiros-vipassana-experiencias-alternativas/
[3]
Alvaro Sánchez: “He ido de pardillo a un
curso de meditación Vipassana, y esto es lo que he aprendido” https://genteinvencible.com/vipassana/
[4]
Ignacio Gallego: “Más allá de un Retiro
Vipassana de 10 días: mi experiencia y algunas alternativas” https://interserediciones.com/retiros-vipassana-experiencias-alternativas/
[5]
Fundación Privada Vipassana: Preguntas y
Respuestas sobre la Técnica de Meditación Vipassana https://www.dhamma.org/es/about/qanda
[6]
Wikipedia. Experimento de Asch https://es.wikipedia.org/wiki/Experimento_de_Asch
[7]
Jivan Vinod. La postura correcta para
meditar https://youtu.be/EEINVt7YeLk?t=102
[8]
El Camino Buddhista. Posturas de
meditación https://youtu.be/6otuszHdFKE?t=153
[9]
Ananda Español. Cómo sentarse
cómodamente para meditar https://youtu.be/ZnpOulsZ1aw?t=172
[10]
Alvaro Sánchez: “He ido de pardillo a un
curso de meditación Vipassana, y esto es lo que he aprendido” https://genteinvencible.com/vipassana/
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