Meditación vipassana - 10. Experiencia vs aprendizaje.

Las normas y circunstancias del curso [1] están pensadas para que el alumno dedique el máximo de su tiempo y energía a la meditación. La mayoría de las personas nunca hemos estado en otra ocasión con similar nivel de concentración y apoyo.

Puede que, por ejemplo, hayas estado una temporada preparando un examen, y dedicases al estudio diez o doce horas diarias. Pero esos mismos días seguramente también habrás participado en conversaciones, quizá has tenido que hacer la compra y/o la comida, puede que hayas hecho algo de sexo (en pareja o individualmente), has visto algo de televisión, has hecho deporte, has conducido tu coche...

En el curso de Vipassana se da una tríada de circunstancias muy peculiares:
  1.        Dedicas casi todo el tiempo disponible (unas 11 horas diarias) a una sola actividad.
  2.        Evitas en todo lo posible otras actividades o distracciones.
  3.        Estás rodeado de otros alumnos con los que compartes objetivo y dificultades.
Este singular cóctel tiene como resultado una experiencia muy intensa. Y desde esta perspectiva ya entiendo los comentarios que valoran el curso como una “experiencia” positiva.

Tras finalizar el curso, en la vida cotidiana es imposible mantener esas circunstancias, y este es el motivo de que algunos alumnos repitan este curso-retiro varias veces, porque quieren recuperar la intensidad y el rendimiento que solo se obtienen en esa situación.

Dicho de otra forma: si la meditación vipassana solo funciona bien cuando se dan circunstancias tan especiales de retiro, me parece lógico deducir que la meditación vipassana, en sí misma, tiene muy poca fuerza y muy poca eficiencia. El mérito no está en la meditación sino en esas circunstancias especiales del retiro.

Cuando yo empecé a interesarme y a leer sobre Vipassana, había otra cosa que no me cuadraba:

Solemos denominar “curso” a un proceso de aprendizaje que tiene un objetivo a alcanzar. Por ejemplo, el curso de la autoescuela para aprender a conducir, cuyo objetivo es conducir con una seguridad razonable, lo cual se comprueba mediante un examen. Quien aprueba el curso, luego suele conducir con frecuencia y esa práctica posterior sigue incrementando su destreza en la conducción.

También podemos pensar en un curso de inglés que sirve para alcanzar el nivel A2 en ese idioma. Quienes superan este curso probablemente sigan practicando y de esa forma continuarán mejorando su nivel de inglés.

Tiene poco sentido que alguien apruebe el examen de conducir y a continuación se plantee volver a la autoescuela. Tiene poco sentido que alguien apruebe el examen A2 de inglés e inmediatamente esté pensando en repetir el mismo curso que le ha llevado hasta ese nivel. Pero esta repetición es frecuente en los cursos de vipassana. De hecho, en los cursos suele haber un buen porcentaje de repetidores a los que se denomina “antiguos alumnos”, para los que se reservan ciertas plazas. ¿Por qué la organización les invita a repetir el curso? ¿Por qué los alumnos se apuntan a repetir el aprendizaje de algo que supuestamente ya saben hacer? ¿Quizá porque tanto los organizadores como los antiguos alumnos saben que el aprendizaje es lo menos importante aquí?

La respuesta es que -efectivamente- en Vipassana el aprendizaje puede ser mucho menos importante que la experiencia, porque el curso aporta esas circunstancias especiales que lo hacen atractivo incluso aunque seas repetidor y sepas que no te van a enseñar nada nuevo. Hay quien ha repetido 4 veces como alumno [2] .

Imagen de una persona levitando

Hay otro asunto, muy relacionado: los maestros de Vipassana recomiendan a los alumnos que, tras terminar el curso, sigan meditando a diario, una hora por la mañana y otra por la tarde. Pero, tras haber pasado por la intensidad del curso, la meditación en casa probablemente parezca insulsa y decepcionante.

Por lo que he leído, son pocos quienes siguen meditando en su vida diaria; muchos de los alumnos que han escrito sus reseñas meses o años después el curso dicen que no lo hacen. Esto es curioso porque si ellos pensaran que la meditación es una buena herramienta para su mejora personal seguirían meditando a diario, supongo. En este sentido, el curso puede considerarse como un fracaso, al menos para esas personas, porque (aparte de la interesante experiencia vivida) no parece que hayan aprendido a hacer algo que les sirva para seguir mejorando como personas. Yo siempre he pensado que ese debe ser el objetivo de la meditación; esa es mi opinión.

Por el lado de la “experiencia” vivida también se pueden hacer otras reflexiones. La mayoría de nosotros vivimos de un modo confortable. Nuestros antepasados estuvieron muchos siglos deseando tener trabajos menos duros, casas más confortables, ocio más asequible, etc. En la época actual, muchos hemos conseguido una vida que cumple aquellos deseos y tal vez por eso nos encontremos con un sentimiento de vacío, como si nuestra vida no tuviera sentido. Ahora hay algunas personas que hacen el camino inverso, apuntándose a deportes de riesgo o yendo a pasar las vacaciones en campamentos de trabajo manual bajo una insolación veraniega de la que hubieran querido huir nuestros abuelos segadores.

El retiro de Vipassana incluye muchas cosas extrañas, como levantamos a las cuatro de la madrugada o que la comida sea vegetariana. Esas cosas tan inusuales ayudan a que vivamos el curso como algo especial, extraordinario, como si fuera algo importante y valioso solo porque es muy distinto a nuestra rutina insatisfactoria. Incluso parece haber personas que se inscriben por el reto de enfrentarse a todas esas dificultades. Algo de eso es lo que cuenta Carlos Galán en una página que no se titula “Lo que aprendí meditando”. No, la página se titula precisamente “Los 10 días más duros de mi vida” y dice:

- El experimento de 10 días de aislamiento y de «disciplina» (levantarse muy pronto, comida vegetariana, nada de distracciones): esto muy bien. Era el principal motivo por el que iba, quería ver cómo se comporta la mente después de tantos días aislada y cómo reaccionaba yo [3] .

Muchas personas dedican parte de sus vacaciones a hacer un tramo del Camino de Santiago. Pasan varios días caminando seis horas diarias. Acaban teniendo rozaduras en los pies. Duermen en albergues con pocas comodidades. A pesar de ello, suelen regresar satisfechos por la experiencia. Incluso vuelven a su vida diaria con más fortaleza mental por haber superado las dificultades del camino.

Igualmente, el curso de Vipassana es muy duro, y superar todas esas dificultades puede aumentar la auto-confianza y la fortaleza de muchos alumnos: creo que eso puede mejorar sus vidas tanto o más que la propia meditación.

Sin duda, también puede resultar terapéutico estar alejado de tus asuntos durante una temporada, sin teléfono y pensando en otras cosas, para adquirir una mejor perspectiva respecto a tu propia vida y tus problemas.

Quizá sea por todo esto que…

algunas personas denominan a esta corriente de enseñanza de Vipassana el 'McDonalds de la meditación'[4] .

Así que ya sabes: puedes plantearte aprender a meditar, pero también puedes asistir al curso con la simple expectativa de vivir un intenso retiro de diez días.



Fin de este capítulo 10. Experiencia vs aprendizaje, publicado el 25-01-2020.

Secuencialmente, puedes continuar por 11. El dolor postural.
O bien saltar a otra página:


Notas:

[1] Todo lo que explico se refiere a la Fundación Privada Vipassana España, a su técnica de meditación y a los curos realizados por esa organización; nada se refiere a otras técnicas de meditación que también puedan utilizar el nombre genérico de “meditación vipassana”.

[2] Ignacio Gallego: “Más allá de un Retiro Vipassana de 10 días: mi experiencia y algunas alternativashttps://interserediciones.com/retiros-vipassana-experiencias-alternativas/

[3] Carlos Galán: “Retiro de meditación Vipassana: ¡los 10 días más duros de mi vida!https://carlosgalan.net/vipassana/

[4] Ignacio Gallego: “Más allá de un Retiro Vipassana de 10 días: mi experiencia y algunas alternativashttps://interserediciones.com/retiros-vipassana-experiencias-alternativas/

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